jueves, 18 de junio de 2009

SAINVILLE, TIERRA FECUNDA…




En Congregación he ido recibiendo muchas gracias en el caminar, pero sin duda, Sainville ocupa un lugar especial en el corazón, porque es donde he vivido dos etapas importantes de mi vida.


La primera etapa fue al recibir el regalo de vivir seis meses como novicia en la casa de Marie Poussepin, precisamente allá donde todo comenzó… ¿se imaginan lo que significan estas palabras viviendo allí? “En 1696 Marie Poussepin “inspirada por la Providencia”, deja Dourdan, población próspera donde había nacido, para ir a habitar en la humilde aldea de Sainville, en el corazón de la Beauce, entonces devastada periódicamente por la guerra, el hambre y las epidemias, y “donde la ignorancia era grande, por no decir más”. Allá se propone establecer con algunas jóvenes pobres del lugar, una “Comunidad de la Tercera Orden de Santo Domingo para utilidad de la parroquia, para instruir a la juventud y servir a los pobres enfermos”. La razón de ser de su Comunidad es el servicio de la caridad…” (Intuición Primera ) Éramos dos españolas que gozaron profundamente el tiempo de noviciado en Sainville, creo y lo digo desde el corazón, que allí nos dejamos habitar por lo que significa para una Hermana de la Presentación nuestras raíces, bebimos del pozo espiritual sin saciar la sed de Dios que sigue guiando nuestra vida consagrada “Marie Poussepin lo da todo…Todo lo espera de Dios, pero también pone su confianza en aquellas que respondiendo al llamamiento del Señor la seguirán en la fe.” (Intuición Primera)


Y hubo una segunda etapa, esta vez para realizar el CEMP (Marzo, Abril y Mayo de 2008), éste quedará situado siempre en mi vida como el regalo recibido tras los votos perpetuos y como gracia abundante recibida en la gratuidad de tres meses inexplicables, de don, que permanecerán en el corazón, porque mucha fue la luz recibida en la esperanza y la caridad.
Fue la gracia de volver a pisar, dejarme habitar por Sainville con todo lo que significa y nos habla espiritualmente, y mucho más que se hace difícil poner en palabras porque esta experiencia la gocé, disfruté, viví a tope interiormente, en profundidad, bien cerca del Señor, agarrada de la mano de Marie Poussepin con mis Hermanas de Congregación.


Ahora hay más países que resuenan de otra manera en mí, se hacen más vivos, porque hay Hermanas que tienen para mí rostro con las que compartí mucho por un espacio de tiempo muy corto pero que fueron don, regalo, gracia y esperanza de hacer el camino recto a los ojos de Dios y querer cumplir como hijas de Marie Poussepin la voluntad de Dios en nuestras vidas para in construyendo la Historia de la Congregación que nos corresponde hoy, porque somos responsables del futuro que seamos capaces de engendrar en nuestro presente desde la entrega de nuestras vidas en seguimiento de Cristo.
Agradezco a Hna. Mariela Calderón, el haberme pedido compartir mi experiencia de Sainville con vosotras, me ha dado gusto y lo hago fraternalmente. Creo firmemente que para una Dominica de la Presentación, Sainville lo llevamos impregnado en el corazón, porque como hijas de Marie Poussepin somos herederas de una tierra fecunda. Unidas en la oración.

Sencillez de una mujer extraordinaria…
Aventura de ponerse en manos de Dios…
Inicio de una Comunidad…
No habiéndose reservado nada, lo dio todo…
Vida desde Cristo
Ilusión de ver perdurar lo amado…
Lucha de quien espera contra toda esperanza…
Luz que ve frutos desde 1696…
Empuje para las Hermanas a llevar adonde quiera que sean llamadas el conocimiento de Jesucristo y de sus misterios

Hna. Ana Isabel Pérez Guerrero
(Provincia de España)

domingo, 14 de junio de 2009

Espiritu de Sencillez, nuevo nombre de la Verdad!


En Marie Poussepin, la verdad se traduce en sencillez, y ésta a su vez en una profunda actitud de humildad, la cual ha de ser el sello que identifique cada una de las actitudes de toda Hermana de la Caridad Dominica de la Presentación.

La ubicación en la sencillez de la vida, la simplicidad y unidad de lo externo con lo interno, hacen de la espiritualidad de Marie Poussepin, su propio estilo.

En ella, la sencillez no es ni siquiera una cualidad, ha de ser una actitud profunda del ser, “Nos sitúa en la verdad de lo que somos delante de Dios”.

La sencillez en referencia a la verdad tiene connotaciones morales: “Lo que no es compuesto, lo que no es múltiple, lo que no es calculado, lo que no es artificial, lo que no es rebuscado, lo que no es aparente, en otra palabra lo que no es postizo”.
Hna. Margarita de la Encarnación

En Marie Poussepin la sencillez es sinónimo de verdad, es lo que es, con todo aquello que implica ser. Y esta verdad de lo que se es, se demuestra en la vida, en la afinidad de las acciones y las palabras, con su única fuente de inspiración: Dios Sólo!


Hna. Mariela Calderón M.

lunes, 8 de junio de 2009

La VERDAD, escuela segura de Marie Poussepin



Para Domingo la Verdad no es solamente una serie de ideas o doctrinas sobre Dios, sino Dios mismo en su Misterio.

Marie Poussepin, quien quiere desde sus inicios que su comunidad sea realmente dominicana, introyectó dentro de sí, y por consiguiente en su comunidad este amor a la Verdad. Ella, subraya en los Reglamentos, “La importancia de la búsqueda de la Verdad, desde la humildad y la sencillez". Cfr. R.I

Es muy marcado en Marie Poussepin este rasgo dominicano; al igual que Domingo, no se trata de una verdad meramente intelectual o moralista, sino de la única Verdad, Jesucristo. “La plenitud del corazón es la verdad de la presencia de Dios” R. VII

Es así, como Marie Poussepin invitará insistentemente a sus hermanas a vivir esta gran virtud. Ella, es consciente que la Verdad antes de ser comunicada ha de ser interiorizada y asumida en el corazón, por lo tanto ha de transformar la vida de la comunidad y de cada hermana en particular; refiriéndose a la humildad manifiesta, “La humildad nos sitúa en la verdad de lo que somos” R. III.

Esta Verdad tendrá que ser asimilada a través de la oración, particularmente mediante la vida sacramental. Ella lo define en sus Reglamentos, “La vida sacramental es fuente de la verdad de la experiencia de Dios”. R. IX. “Por la fracción de Pan, y la escucha de la Palabra sacamos de las fuentes la Verdad, para contemplarla y comunicarla sin cesar” C.1

La experiencia de la Verdad ha de ser comunicada; esta fue una de sus grandes preocupaciones: “Las hermanas deben estar bien penetradas de la verdad que deben vivir y enseñar” R. X. Preocupación que hace que al enviar a los distintos establecimientos a sus hermanas, ella pudiera recordarles insistentemente sobre este deber: “Las hermanas procurarán a los enfermos además de los auxilios corporales, consolación espiritual y enseñarles las verdades de la salvación”.

Las hermanas han de estar bien formadas, es fundamental para Marie Poussepin este aspecto pero, no se trata simplemente de conocer las verdades de la sana doctrina, sino de comunicarla, ya que los destinatarios tienen necesidad de conocer esa Verdad, “El criterio de la verdad del amor a Dios es el amor a los hermanos” R. II

Esta Verdad que Marie Poussepin ha encontrado y asimilado, es la que invita a contemplar y anunciar a sus hermanas de comunidad, “Que lleven a donde quiera que sean enviadas el conocimiento de Jesucristo y sus Misterios”. R. XXVII, ha de ser asumida por cada hermana de la Presentación desde sus Consagración, “La verdad opera la libertad” R. IV. Solo en la medida en que las hermanas vivan y den testimonio de la verdad podrán ser verdaderamente libres, “la Verdad os hará libres” Jn. 8, 32.

Otro criterio frente al Voto de Pobreza con relación a la verdad, lo presenta con claridad Marie Poussepin en sus Reglamentos, “La verdad de la pobreza centra la vida en Dios”. R. V; la verdad se presenta como la autenticidad, originalidad de la virtud, y sólo ella puede hacer patente, visible lo que realmente se quiere vivir.

En relación al Voto de Castidad precisa en el capítulo IV de sus reglamentos: “La castidad es una verdad de la naturaleza y de la gracia”, una verdad que contiene todo un fondo teologal, no se trata solo de la verdad humana, sino de la gracia Divina.

Marie Poussepin como auténtica hija de Domingo, hizo de la verdad una escuela segura, plasmó en sus escritos el espíritu de la Verdad Dominicana, espíritu que en ella se traduce en sencillez, humildad y rectitud; Mujer de una sola pieza!.

Hna. Mariela Calderón M.